SISTEMAS DE CALEFACCIÓN
SISTEMAS DE CALEFACION
PARA EL HOGAR
TALLER N°12
Elegir un
sistema de calefacción no es fácil, ya que tienen que tenerse en cuenta muchos
factores adaptados a cada situación en particular. En todo caso, hay que
ajustar el gasto de inversión y tener la mirada puesta en el ahorro de energía.
Sistemas
tradicionales vs. Energías renovables
Por un lado tenemos la elección de la fuente de
energía. Con unos combustibles fósiles cada vez más caros, y con las
energías renovables, que como no son aún de uso frecuente como alternativa, la
elección no es fácil. Luego está el sistema emisor, radiadores, suelo radiante,
conductos, fan-coils, splits, estufas, insertables… Por último, el factor que
casi siempre inclina definitivamente la balanza, no siempre hacia el lado más
adecuado, que es el costo de inversión y el de funcionamiento. Por suerte
contamos con cada vez más estudios que avalan a los nuevos sistemas que tienen
como objetivo la eficiencia energética y el rendimiento elevado de las
instalaciones.
Es el caso del suelo radiante, la calefacción geotérmica
o la aerotérmica. Los ahorros con respecto a sistemas convencionales están
ampliamente probados y solo es cuestión de empezar a pensar en una calefacción
energéticamente eficiente, así como en el uso de energías renovables. Un menor
consumo energético implica una reducción en las emisiones de CO2 (dióxido de
carbono) a la atmósfera.
Ahorrar sin pasar frío
El confort a toda costa ya no es sostenible, pues para conseguir
una temperatura de confort hay que proporcionar una cantidad de calor equivalente
al que se pierde. Si una casa, además, carece de aislamiento, tiene corrientes
de aire, filtraciones, carpinterías antiguas, no dispone de protecciones para
las ventanas y no tiene en cuenta al sol o está construida con materiales que
no acumulan, pocos sistemas resultarán adecuados: gran parte del calor que
genere se perderá. Como resultado, los sistemas se sobredimensionan, se produce
un gasto excesivo de energía, con las consiguientes facturas elevadas.
La casa que gasta menos es la que se proyecta con un concepto
bioclimático que le permita autorregularse en función de la temperatura
exterior: adaptada al clima, emplazada y abierta a las orientaciones que
contribuirán a tener una ganancia directa de sol, como la sur, construida con
materiales que transpiran y que permiten acumular el calor del sol o de los
sistemas de calefacción, como los muros de termoarcilla, ventilaciones cruzadas
en combinación con ventanas de techo, protecciones solares exteriores, etc.
Pero el gasto energético puede también incrementarse en función de dónde se
ubiquen los espacios. Así, las zonas de día ubicadas al sur gastarán menos en
electricidad o en calefacción. Por otro lado, si no se cuenta con un
aislamiento adecuado no es posible ahorrar energía.
Si se quiere reducir el consumo energético y
evitar un uso irresponsable de los sistemas de calefacción y refrigeración es
necesario aislar la envolvente en contacto con el exterior (muros, cubiertas,
forjados antihumedad, voladizos…) pero también las zonas interiores, como medianeras
y paredes que dan a espacios no calefactados. En las ventanas, carpinterías de
madera estancas, aluminio o acero con rotura de puente térmico, PVC, vidrios
dobles con cámara de aire estanca en uno o más separadores, aislamiento térmico
reforzado cuando sea preciso, mediante películas de baja emisividad o control
solar y por fuera, persianas o contraventanas.
Un sistema para cada
necesidad
Para empezar, hay que tener en cuenta factores propios de cada
vivienda, como la superficie, si es unifamiliar, adosada o piso, la orientación
predominante, el clima, su grado de ocupación, número de ocupantes, costes de
inversión, si cuenta o no con espacio para una sala de máquinas o para
almacenamiento de combustible, posibilidades para la obtención de los mismos,
viabilidad para instalar equipos solares, etc.
A.
Eléctrico
Dado el alto costo de las tarifas eléctricas, se debe ser estricto
en la elección de un producto que ofrezca una programación horaria y la
posibilidad de ajustar la temperatura individualmente, como los emisores
térmicos secos o con termofluido de alto rendimiento. Además, convendrá bajar
la temperatura nocturna, a 17 ºC, y entre 19º a 21º durante el día, o
aprovechar la nueva tarifa de discriminación horaria, 56,5% más barata que la
estándar y con más horas de uso que la tarifa de reducción nocturna anterior.
Si tienes una vivienda pequeña, si alquilas, si estás todo el día fuera de casa
o tu caso es el de una segunda vivienda, este sistema te ofrece una solución
inmediata y sin obras.
Junto a los convectores de aire, pueden servir también de
complemento en una instalación mixta, de acumuladores estáticos/dinámicos, de
combustión cerrada a leña o de bomba de calor. La novedad en emisores térmicos
son dos modelos que presenta la empresa Ducasa. Uno es para facilitar su
colocación bajo una ventana de 35 cm. de altura y hasta 130 cm. de longitud. Se
mantiene la potencia pero se ajusta en dimensiones. Otro modelo con el mismo
concepto, pero para que encaje mejor en un espacio estrecho es el de 80 cm. de
altura. Otro aporte de esta firma es el convector eléctrico a baja temperatura
de alto rendimiento o el modelo bajo ventana de 29 cm. de altura. Para los
baños resultan verdaderamente interesantes los toalleros eléctricos, que
también tienen un termostato incorporado y pueden programarse.
B. Split o Multisplit
Es un sistema partido de unidad exterior, compresor y unidad
interior evaporadora. Se
e basa en el funcionamiento
de una bomba de calor, que convendrá que sea reversible, para aprovechar el
equipo en la función de refrigeración. Aunque es eléctrica, el consumo de la
misma se reduce sólo al funcionamiento del compresor. Su mayor ventaja es que
por cada KW de electricidad que consume, aporta de 3 a 4 veces más de potencia.
Eso sí, con tecnología Inverter, para que el funcionamiento sea continuo y así
tener una capacidad de calefacción mayor.
Según marcas, pueden funcionar con temperaturas más o menos
bajas, pero este es el punto débil de la bomba de calor, por lo que en zonas
muy frías no es recomendable tenerla como único sistema. Es mejor decantarse
por los de calificación energética más alta. Así, un equipo calificado con la
clase A/A, como el Súper Daiseikai de Toshiba cuando funciona a baja capacidad,
tiene un consumo equiparable al de una bombilla incandescente de 100 W. Cuando
se tienen que climatizar más de dos habitaciones conviene utilizar un sistema
multisplit, con uno o dos compresores exteriores y de dos a cuatro o más
unidades interiores, o realizar una distribución del aire por conductos.
C. Por
agua
El más instalado es el de radiadores por agua. Su consumo puede
ajustarse, si se baja la temperatura de trabajo, (la convencional es del orden
de los 80 ºC, pero conviene consultar con un instalador para que realice las
adaptaciones necesarias). Se trata de hacer funcionar el sistema con una
temperatura de ida de 55 ºC y un retorno de 45 ºC, bajando el salto térmico
entre la temperatura de caldera y la de ambiente, con lo que aumenta su
eficiencia y se reduce la potencia necesaria. Son el complemento perfecto para
un generador de alta eficiencia térmica, como por ejemplo, la caldera de
condensación (con un rendimiento del más del 100%), o una caldera de biomasa.
Se pueden sustituir por los radiadores tradicionales sin
necesidad de hacer obras. Una opción a los modelos tradicionales son los
radiadores de alto rendimiento, como los de la firma Runtal, que a igual
potencia, ofrecen mayor calor por radiación. Para mejorar el funcionamiento del
sistema, no conviene tapar los emisores, además evita el efecto de pared fría
ubicando los radiadores debajo de la ventana. Al instalar uno de baja
temperatura se consigue ahorros del 5% de energía, lo que se traduce en un
aumento de medio grado en la habitación. Las válvulas termostáticas y la baja
inercia de los emisores permiten que se ajuste rápidamente a las variaciones de
temperatura.
D. Suelo radiante
El suelo radiante por agua a baja temperatura es el que ofrece
los mayores rendimientos, convirtiendo al suelo en un gran emisor de calor
invisible, sin corrientes de aire ni formación de polvo, llegando por igual a
todos los puntos de la habitación. Trabaja con temperaturas de agua más bajas,
lo que permite asociarlo con fuentes de energía renovables, generadores de alta
eficiencia y calderas de bajo consumo.
El calor actúa en la franja de uso de las personas, entre el
suelo y los 2 m. de altura. Ahí radica la mayor ventaja de este sistema, ya que
precisa una temperatura de confort 2 ºC más baja que la que se necesita con un
sistema de radiadores, por lo que es un 20% más económica. El salto térmico en
este caso es mucho menor, con el consiguiente ahorro en el consumo. Para
sacarle aún más partido a la instalación, es posible utilizar las tuberías para
que absorban el exceso de calor del ambiente, aportando una sensación de
frescor general.
Es lo que se conoce como suelo radiante/refrescante. Es ideal
para instalar en espacios de doble altura porque proporciona climatización en
el volumen ocupado por las personas. Este sistema es el más ecológico y el de
menor consumo energético, especialmente si funciona con generadores de alta
eficiencia, como la bomba de calor aire-agua, las bombas de calor geotérmicas o
la energía solar térmica.
D. Bomba de calor aire-agua
Toma del aire el 70% de la energía necesaria. Se está
posicionando como el generador eficiente más fácil de instalar, que sirve tanto
para obra nueva, reformas parciales o integrales. Se emplean para calentar o
enfriar un líquido refrigerante que transferirá la temperatura obtenida a un
circuito de agua, mediante el cual se climatiza una instalación. Se puede
conectar a radiadores convencionales de alta temperatura, de baja temperatura,
a suelo radiante o radiante/refrescante o a unidades fan coils.
Con el agregado de un kit hidráulico se obtiene también agua
caliente sanitaria. Proporciona calor con una eficiencia 5 veces superior
a la de un sistema convencional que emplee combustibles fósiles o electricidad.
Al año, supone un ahorro de casi un 50% sobre un sistema a gas natural o la
cuarta parte del gasto, si se compara con uno de producción eléctrica. Las
novedades en este sistema tienen que ver con aplicaciones para distintas
situaciones, para adquirir un equipo más ajustado a las necesidades. En todos
los casos, el cerebro del sistema es una interfaz que selecciona la mejor opción
en base a la temperatura exterior y las necesidades de calefacción: para una
demanda máxima podrá seleccionar la caldera, para una intermedia, la bomba más
la caldera y para una necesidad mínima, la bomba de calor. Otra ventaja es que
no necesita depósitos de combustible, ni chimeneas y que es compatible con
sistemas de energía solar térmica.
E.
Calentar con leña
Se usan como complemento de otros sistemas de calefacción. Eso
sí, para aprovechar el poder calorífico de la leña hay que emplear estufas,
insertables y recuperadores de calor con doble combustión. Producen el máximo de
calor, con emisiones mínimas a la atmósfera. El rendimiento es del orden del
80%, frente a un 10% de un hogar abierto. Si se combina con un sistema de
calefacción central se puede elegir un hogar de menor potencia, que funcionará
regularmente en su punto óptimo y que será suficiente para las temporadas menos
frías. Lo contrario pasaría en una vivienda de fin de semana, en la que habría
que aumentar la potencia para lograr un calentamiento rápido.
La calefacción geotérmica puede ser integral, sirviendo para
abastecer todas las necesidades de calefacción, refrigeración, agua caliente
sanitaria, climatización de la piscina, etc. Trabaja con bombas de calor
tierra/agua o agua/agua, y emplea como fuente de calor el subsuelo, que tiene
la ventaja de mantenerse a una temperatura prácticamente constante a lo largo
del año. Esta capacidad le permite extraer o ceder calor, mediante unos
colectores horizontales tendidos en el terreno, sondas geotérmicas o tubos
colectores geotérmicos introducidos en los pilotes de cimentación.
Es una fuente de energía renovable que puede complementarse con
la energía solar térmica, siendo especialmente indicada para un sistema de
suelo radiante o radiante/refrescante por agua a baja temperatura. La base del
sistema es la bomba de calor geotérmica, que realiza el intercambio de calor
con el subsuelo, que se mantiene a una profundidad de 1,2 m. a una temperatura
de 10 ºC La instalación puede hacerse en vertical, hasta profundidades de
70-150 m., u optar por los colectores horizontales a una profundidad aproximada
de 1,5 m. como máximo, haciendo un serpentín que tiene que tener una superficie
algo mayor que el área a calefactar.
Generadores eficientes
Su elección reduce considerablemente el consumo de energía. En
esta línea están, además de las bombas de calor geotérmicas, las calderas de
condensación, los equipos solares térmicos y las calderas de biomasa.
Dependiendo de la combinación que se elija para cubrir las necesidades de
calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria, se puede llegar a ahorrar
entre un 50 y un 70% en consumo energético. Eso sí, hay que contar que la instalación
inicial será mucho más elevada y que, por tanto, se tardará más años en
amortizarla.
Comentarios
Publicar un comentario